El abuelo italiano

El abuelo murió
una mañana gris según recuerdo,
no hubo televisión y falté al colegio.
A un amigo invitaron para que me entretenga
pero estuve enojado... quería estar con mi abuela
en la pieza sin muebles que llenaron de velas.

No lo pude olvidar. Fue un dolor tan inmenso
lo vivido ese día en aquel cementerio.

Lo bajaron con sogas en caja de madera
y le echaron encima una tierra reseca,
unas piedras atroces, un dolor y una queja.

Hoy les cuento a mis hijos de ese abuelo italiano
que tenía su pelo casi azul de tan blanco.

Carrito de madera, barrilete azulgrana
y un abrazo muy fuerte tras aquella ausencia larga.
Él me enseñó a rezar y a maldecir en tano
y a darme la vacuna me llevó de su mano.
Colaborador eterno de mi obtención de caries,
golosinas compradas en Florida y Lavalle.

Después de tantos años hoy despuntan mis canas,
que me hacen recordar a mi abuelo italiano
que tenía su pelo casi azul de tan blanco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Horacio: te pedí permiso para hacer este texto en "A que te cuento un tango", ya que estamos hablando de los "ayeres" y también de los "presentes" y de todo lo que representa. Esta poesía irá acompañada de una canción que tiene que ver.
Gracias por prestarla, aunque cuando uno cuenta o la recita, tiene que primero hacerla propia para poder ser transmitida.